Las ludotecas
Las ludotecas son espacios en los que se ponen en acción varios de los postulados enunciados en la Declaración en los Derechos del Niño: derecho al juego, derecho a la identidad y derecho a la expresión, entre otros.
La ludoteca, permite profundizar la ampliación de derechos destinados a los niños extendiendo su educación y cuidado más allá del ámbito privado de la familia; así es comprendido, como servicio público y como derecho universal para sus usuarios: niños, familia y comunidad. Su dinámica y metodología promueve la “corresponsabilidad de instituciones y actores” (Faur, 2011:7). Las ludotecas constituyen, en este sentido, una original respuesta a la creciente demanda que rodea la pregunta por educación y cuidado infantil.
Tomando la definición del Prof. Dr. Raimundo Dinello, presidente de la FLALU (Federación Latinoamericana de Ludotecas) podemos decir que:
“Las ludotecas son un espacio de expresión lúdica y creativa de niños, jóvenes y adultos. Tiene la principal y global finalidad de favorecer el desarrollo de la persona en una dinámica de interacción lúdica. Específicamente, estimula el proceso de estructuración afectivo- cognitiva del niño, socializa creativamente al joven y mantiene el espíritu de realización del adulto.
En centros barriales, es una actividad que aglutina familias y vecinos que se re-encuentran con la alegría de vivir, de expresarse y de sentir, con animo para enfrentar tareas solidariamente. Desde inventar juegos, hacer juguetes, hasta proyectar mejoras en las condiciones de vida personal y colectiva”.
Desde esta perspectiva las ludotecas son fundamentalmente espacios educativos que abren nuevas posibilidades de expresión, comunicación y aprendizajes en y con la interacción de personas de diferentes edades podemos decir, entonces que las ludotecas son espacios de acción y aprendizaje intergeneracional e intercultural. A los adultos les permite reencontrarse con sus hijos, nietos, vecinos, en un diálogo que va mas allá de lo verbal, recuperar antiguos saberes, experimentar nuevas emociones, volver a ser “un poco niños” en el juego, así como manifestar sentimientos y vivencias a partir de los cuales es posible promover acciones creativas. A los niños, les brinda la oportunidad de motorizar el proceso creativo, jugar y aprender con otros, fuera del ámbito escolar o familiar. Les da la posibilidad de entender su mundo interno y la realidad externa, dejando de lado conductas instaladas y entendidas por otros como negativas. Ser uno y muchos a la vez, reconocerse en sus creaciones y ser capaz de compartir, cooperar, divertirse en el juego donde se conjuga fantasía y realidad. En definitiva, aprender creativamente en un espacio de interacción y alegría.
Las ludotecas, desde este punto de vista, están fundamentadas en la pedagogía de la expresión ludocreativa.
La pedagogía de la expresión ludocreativa recupera los postulados de Rousseau, Froebel, Vigotsky, entre otros, en cuanto que está centrada en el sujeto que aprende. Se aprende haciendo. El aprendizaje se da en la relación del sujeto, con los objetos y con otros sujetos (sean estos otros niños o/y adultos). Por esto en las ludotecas buscamos la heterogeneidad de edades, no la división de niños y jóvenes según una franja etaria.
A su vez, esta pedagogía se sustenta en la metodología ludocreativa que se vincula con el arte- expresión, porque se basa en los lenguajes artísticos, trabajando desde las diferentes áreas expresivas: plástica, teatro, expresión corporal, danza, música, literatura, juegos motores. El arte, entendido como una actividad social y humana que supone contextos sociales y culturales a partir de los cuales el sujeto recrea la realidad a través de la utilización de sistemas simbólicos propios, es el elemento constitutivo del campo pedagógico interactivo -espacio físico y mental donde pueden evolucionar diversos temas que modifican diversos objetos; un espacio donde impredecibles situaciones derivadas de la expresión creativa presentan interrogantes y conflictos pedagógicos que estimulan el intento de entender; un espacio donde se desenvuelven secuencias correspondientes a las diversas áreas de expresión, configurando múltiples posibilidades de aprendizaje.
Las propuestas educativas de cada encuentro de ludoteca están encuadradas dentro de las áreas de expresión, centradas en el sujeto y basadas en la interacción de los sujetos entre sí y con los objetos abriendo de este modo un camino a procesos educativos basados en valores de: respeto, solidaridad, cooperación e intercambio.
Lo medular para el buen funcionamiento de las ludotecas, desde esta concepción, radica en el equipo humano que la anima. No basta con actividades de entretenimiento y merienda, con talleres o con espacios donde se prestan y/o brindan juguetes. Se necesita de animadores con competencia metodológica adecuada, condición indispensable que permitirá concretizar el espacio educativo de las ludotecas.
En definitiva, a través de la realización de la ludoteca, se busca promover un espacio socio-educativo comunitario donde niños, niñas, adolescentes y adultos interactúen a partir de actividades lúdicas, vivenciando un estilo de aprendizaje reflexivo, solidario y cooperativo, con mediación de profesionales que sistematicen, resguarden y enriquezcan ese espacio diverso.
Profesora Cecilia Desimone